Entre Líneas
Las llamadas “Líneas de la Vida” y así como las huellas
dactilares, son únicas en cada
persona.
A diferencia de las dactilares, las básicas no son otra cosa que las arrugas que se forman al tener los
puños cerrados mientras flotamos en la agusticidad del vientre materno.
Con los años se van transformando a modo de raíces que
surgen en la palma de la mano. A simple vista pueden parecer todas iguales,
pero si nos paramos a mirarlas, a observarlas, nos daremos cuenta de que dicen
mucho sobre la vida de cada uno.
Hace como cinco años alguien me enseñó una foto de Castro
Prieto. Es la palma de la mano de un indígena, alguien de color, que tiene las
manos muy trabajadas, deformadas, de alguien que las ha Vivido. Es una foto
hermosísima. Y siempre que la veo, me invita a observar mis líneas, y a
sacarles fotos de vez en cuando.
Siempre me ha llamado en especial atención la que
llaman “del amor”. En mi mano se ha mostrado encadenada,
tortuosa, bien marcada, pero sin ser una línea bien delineada. En su extremo
tres ramificaciones, que se suponen ser los amores que tendrás en tu vida. A mí
se me cumple la lectura .
Esas tres ramificaciones han ido cambiando con los años. Una
se ha quedado cortita. La del medio se alargó pero paró de golpe. Y la tercera,
no para de alargarse y alargarse entre el índice y el corazón. Dicen que eso
significa una tendencia a regalar el corazón sin mirar consecuencias… me suena
a algo, no sé si creérmelo…
Ayer me miré de nuevo la mano. La segunda y la
tercera línea se han unido mediante una línea curva que las corta. ¿Qué
significa eso, que tendremos los tres una relación de trío? ¡Coño, una mujer
afortunada!
La segunda ha sacado otras dos mini líneas, ¿se convertirá en la historia interminable?
Y la tercera, que saca una rama ahí, de repente, ¿me enamoraré de su mejor amigo?
Pero, ¡Ay!, cuando he visto que una cuarta línea se está
formando, y le pasa otra por encima a modo de “x”. Como si me mostrara otro
amor en camino, como en un mapa
del tesoro que dice “aquí, aquí, bien aquí”. Simplemente, me acojoné.
Las líneas son muy bonitas y muy estéticas. Están muy bien
colocaditas y puedes ver mil dibujos entre ellas. Pero si te pones a pensar en
las concordancias de lo que muestran y lo vivido, con lo que me está aún
doliendo una de las tres rayitas, pensé que quién narices me manda mirarme la dichosa
manita de vez en cuando.
Ando rascando con estropajo, del metálico, a ver si al
borrarlas nos engañamos a mí,al del mapa del tesoro, a los tríos, a las historias interminables y a los amigos de mis amores.
Comentarios
el estropajo debe escocer lo suyo!
Abrí bien los ojos, pero me entró un grano de tierra que me puso el ojo como un tomate cherry. Así que dejar los ojos en su apertura natural es lo mejor.